Su pared interior debe ser vertical, lisa si es posible para evitar tener que pulir las irregularidades en la escayola; mientras que su plano exterior debe estar formado en talud, es decir, inclinado. Esto tiene el fin de evitar la deformación del muro con la dilatación de la escayola, cumpliendo correctamente su función contenedora.
Debe ser un muro macizo y sin posibles fugas, generalmente de 3 o 4 dedos de altura, según el ejercicio que se esté trabajando y la altura de la pieza a moldear.

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